Emergencias como la ocurrida con la COVID 19 nos han demostrado la capacidad de las instituciones de la ciudad para amoldarse a las distintas necesidades de sus habitantes. En “Barcelona aula abierta” explicamos cómo las escuelas, de forma espontánea, han extendido las aulas a otros espacios de los propios centros, pero también fuera de ellos, a centros cívicos, bibliotecas, museos, calles, plazas, jardines o playas. A su vez, en la dirección opuesta, las escuelas han sido receptoras de actividades vinculadas a la vida de los barrios.

Este libro recoge una serie de ideas y reflexiones alrededor de estas experiencias de ‘escuela discontinua’. Lejos de ser un catálogo, es un muestrario basado en diferentes tipos de soluciones en forma de mapas y patrones, que nos han permitido visualizar las posibilidades de ampliación del espacio educativo sin, necesariamente, construir nuevos edificios.

Tanto los patrones como los artículos que los complementan traen al presente algunas dinámicas pedagógicas que forman parte de la historia de la ciudad y, a la vez, cuestionan las organizaciones espaciales impuestas por los programas funcionales. Debido a este escenario de crisis sanitaria, los límites se han disuelto, Barcelona se ha convertido en una gran aula y la escuela ha abierto sus puertas a la ciudad.